jueves, 10 de julio de 2008

CaSa PaRRoNDo, No GRaCiaS...

Bueno amig@s gamusin@s normalmente os escribo post de cachondeo y demás... pero hoy toca el post reivindicativo porque me parece muy fuerte que esto siga pasando en pleno siglo XXI... os comento...
Casa Parrondo es una sidrería de las más famosas de Madrid. Situada en las inmediaciones de la céntrica Plaza del Callao, la sidrería está siempre a explotar (ahí va foto del lugar...)


Poco se imaginaban unas chicas que acudieron hasta este local que esa noche serían expulsadas de Casa Parrondo por algo tan simple como su orientación sexual.
En la noche del pasado martes, dos chicas visitaron esta sidrería para tomar unas cañas y despedirse de una tercera amiga que se marchaba a Suiza.
Según las víctimas de este lamentable comportamiento homófobo, al poco de entrar, y después de darse un simple beso, el dueño las echó del local, al grito de “basura, este bar no es para vosotras”.

Antes de pegar ese grito, un camarero había pedido a las mujeres que dejaran de besarse, ya que el bar era para “consumir, y no para esas cosas”. Así que visto lo visto, las mujeres decidieron acabarse las consumiciones y sin más dilación, marcharse del local, después de pedir la hoja de reclamaciones.
Y como respuesta, los camareros les dijeron que no tenían hojas de reclamaciones y les retiraron las consumiciones sin que las hubiesen acabado, diciéndoles de malos modos que se fueran.
Como las mujeres seguían pidiendo la hoja de reclamaciones, el dueño del local, en un alarde de valentía y de valores democráticos, salió gritando “¡Fuera de aquí! ¡Guarras! ¡Basura! ¡Éste no es un sitio para vosotras!”.
No contento con esto, y cuando una de las tres mujeres volvió a pedirle la hoja de reclamaciones, le soltó que “tú no tienes ningún derecho, puta. Lo que te pasa es que no has conocido nunca una buena polla”.

En el lado contrario, el dueño del local dice que esas acusaciones son falsas, acusándolas de mostrar un pecho y de consumir estupefacientes. Y como suele pasar con los homófobos que intentan justificar lo injustificable, Parrondo recurrió al típico recurso del conocido gay. En este caso, el dueño del local trató de justificar que no era un acto de discriminación por orientación sexual por el hecho de que “una vez tuvo un camarero maricón, que era muy bueno”.
Y en el medio, y por suerte, testigos que presenciaron la escena, que no conocían ni a las mujeres ni al dueño de la sidrería.

Dos de estos testigos declararon que “fue indignante. Les dijo todo tipo de insultos, que eran unas asquerosas, unas guarras, que eran basura…”. Parrondo, según los testigos presenciales, “se encaró con ellas, con la cara pegada a una de las chicas” y les chilló. "Fue una situación muy desagradable e injusta, por eso me fui”, añadió uno de ellos.

Finalmente, las mujeres pudieron conseguir que la sidrería les diese la hoja de reclamaciones, pero tuvieron que esperar hasta que llegó la policía local. Según el local, nunca dan la hoja de reclamaciones hasta que no llega la policía. Pero la realidad y la legalidad son tozudas, y según publicó El País, la Ley de Espectáculos Públicos que data de 1997, los locales deben entregar la hoja de reclamaciones en el momento en que se pida, y por supuesto, son que tenga que acudir la policía local, un cuerpo que supongo que tendrá obligaciones más importantes que acudir hasta los locales en los que un cliente pida la hoja de reclamaciones.

Bueno, ¿qué os parece? Aquí el amigo del susodicho post ponía como "reflexión" no pisar nunca dicho lugar, yo sin embargo lo pisaría una y otra vez con mi pareja, sin montar ningún show en el bar, a la espera de que me echaran... unas cuantas reclamaciones y alguna que otra denuncia y a ver que hacen, porque esta claro que ponerse así a ese señor no le ayuda mucho cara al público...

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